Matilda nació de la soledad y de la necesidad de sentirme útil.
Fue una idea que cree en esas noches donde no sabes que hacer o como poder sentirte mejor.
Con grandes esfuerzos arranque un día con esta idea de crear una muñeca que no fuera siempre las mismas muñecas de trapo que terminan sucias y abandonadas luego de largos juegos y tiradas en un cuarto de San alejo desplazadas por la tecnología.
Quería una muñeca que estuviera cerca a muchas personas y no la echaran al olvido.
Ahí fue donde pensé en matilda, un mismo cuerpo relleno de algodón siliconado y sus cinco partes principales, cuerpo manos y pies, pero no quería en esa muñeca boca o nariz, solo quería ojos en ese rostro.
Los ojos pequeños redondos y negros logran expresar lo que yo quería, así cada uno de quienes la tuvieran podrían ver en ella lo que querían ver.
Lo que crea la soledad
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